Una maravilla desconocida para muchos fue la vida de Natuzza Evolo. Ella nació y vivió durante la mayor parte del siglo XX en el sur de Italia compartiendo cada día la presencia de su angel custodio, santos diversos, pero lo más importante fue la permanente presencia de Jesús mismo y Su Madre, en su vida. Una mujer que sufrió desde su nacimiento hasta su muerte, pero que supo entregar a Dios todo, por la salvación de las almas.
Sin embargo, algo muy particular que Dios nos regaló a través suyo es la presencia de las almas del purgatorio. En un caso con alguna similitud a María Simma, las almas acudían a Natuzza para pedir oración, pero también para consolar y ayudar a sus familiares, porque ellas interceden ante Dios por quienes así lo piden. También tenía el don de la bilocación, de manera muy frecuente, y un don especial que se relacionaba con su sangre. Pero todo esto te lo dejamos a ti, querido lector, para que lo descubras leyendo este hermoso y breve libro sobre su vida. Leer sobre Natuzza nos refuerza la fe, nos pone la mirada en el Cielo y nos hace recordar que Dios está siempre cerca nuestro, aunque el mundo nos lo oculte.